Las personas que nos hicieron esas cosas tan terribles estaban tan asustadas y desorientadas como nosotros; sentían el mismo desvalimiento.
Por Dios, que legalicen el amor. Que lo hagan posible a todas luces. Mientras sea clandestino habrá quien lo venda, quien trapichee y comercie al alza. Es un bien común y debiera ser para todos.
Lo que importa es que seas un deudor, que le debas algo. Para así tenerte, para así sentir seguridad. Al principio parece casual, como el que recoge un pañuelo del suelo que se te ha caído, como quien corre detrás de ti por haberte dejado el paraguas.
Hay quienes son de aquí, hay quienes son de allá. Y hay quienes no pertenecen a ningún lugar. La madre parió, claro. Ese es algún lugar...