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¿Que es Reiki?

El acto de la imposición de manos sobre el cuerpo humano o animal para confortar o para aliviar el dolor es tan antiguo como los instintos. Ante la sensación dolorosa, lo primero que hacemos es llevar las manos al lugar dolorido. Cuando un niño tiene fiebre o está mareado, por instinto la madre apoya la palma de su mano sobre la frente de la criatura. El tacto humano transmite calor, consuelo  poder curativo. También los animales, como el perro y el gato, cuando les duele algo se lamen por instinto la región dolorida, por la misma razón que los humanos aplicamos las manos. Ese acto tan sencillo es la base de todas las técnicas de curación por el tacto. Los cuerpos vivientes, humanos, animales, árboles, irradian calor y energía. Esta energía es la fuerza vital propiamente dicha y tiene tantos nombres como civilizaciones humanas han existido. En el caso de la cultura japonesa esta energía se ha definido como Ki, qi o ch’i.
Es uno de los sistemas de medicina natural más conocidos en todo el mundo. El Reiki es un sistema de terapia natural basado en la imposición de manos y el uso de determinados símbolos o yantras con su correspondiente mantra al objeto de facilitar procesos de curación en el cuerpo del enfermo. A partir del año 1988, año en que la gran maestra, Phyllis Lei Furumoto concedió a todo maestro Reiki el derecho a formar e instruir a otros maestros, el Reiki se dividió en una serie de ramificaciones distintas cada vez más numerosas. Hoy en día se puede practicar el Reiki combinado con la cristaloterapia, las hierbas, las flores de Bach o la reflexología podal. No constituye un fenómeno negativo, sino que más bien se trata del desarrollo de las diversas posibilidades que ofrece. En cualquier caso, son testimonio de la extrema flexibilidad y adaptabilidad de este sistema.
Para los pueblos de China, de la India y de Japón, la enfermedad no es únicamente el efecto de una patología presente en el cuerpo del enfermo, sino también, y sobre todo, un mensaje que el organismo emite para informar a la mente de la existencia de un desequilibrio. El plano físico no es el único que existe en el universo en que vivimos, sino que existe con independencia de las convicciones religiosas y personales de cada persona, una energía vital que lo impregna todo, desde el objeto mas ínfimo y en apariencia inanimado hasta el mayor ser vivo que pueda imaginarse.
Esta energía existe en todo el universo, ya que este se compone precisamente de energía, la cual da forma, con distinta intensidad, a todos los objetos y seres vivos que lo habitan; en este sentido, las disciplinas y filosofías orientales se anticiparon a las teorías mas recientes de la ciencia. Así, las formas de la metafísica antigua y las de la física quántica convergen en un punto: admitir que el universo está compuesto de energía y que esta energía puede manipularse.
Si esta energía puede ser manipulada las posibilidades que se abren ante nuestros ojos son realmente infinitas: comprendemos entonces que una persona pueda verse aquejada por enfermedades aparentemente inexplicables, y que de la misma manera desaparezcan sin una razón aparente; en el primer caso, la energía sufría un desequilibrio que se tradujo en enfermedad; en el segundo, el equilibrio se vio restablecido. Esta energía está también presente en cada uno de nosotros, en todo organismo humano: si un ser humano mantiene un cuadro de equilibrio y armonía con ella, el resultado es la salud; si por el contrario, se coloca voluntaria o involuntariamente en una situación de desequilibrio, el resultado es la enfermedad, que constituye una especie de alarma que nos informa de la necesidad de hallar un remedio al mismo. El término Reiki es una expresión de origen japonés que podría traducirse como energía universal o energía vital. Parece, pues, que el paso para llegar a la definición del Reiki cono energía vital del universo es realmente pequeño. De hecho, Rei es una palabra que indica la energía vital mientras que Ki alude a la forma que adquiere esta energía universal en el organismo de todo ser vivo. Ki es energía, aire, aliento, viento, hálito vital, esencia vital... la energía activa del Universo. Esta es una energía de tipo eléctrico que configura el organismo y determina su estado de salud. Cuando Ki se separa del organismo viviente, la vida abandona a éste. Pero también es la fuerza vital esencial de la Tierra, los planetas, las estrellas y los cielos; y todas estas fuentes de energía influyen sobre el Ki del cuerpo viviente individual. Es la energía biomagnética del aura. Nuestro Ki o qi es, por tanto, nuestra parte de Rei, la cantidad de energía vital y creativa presente en cada uno de nosotros. Esta energía es dinámica, se mueve continuamente como la sangre por nuestras venas y fluye por todas las partes de nuestro cuerpo. La técnica Reiki permite crear un puente, un canal entre el organismo del enfermo ( Ki inarmónico) y el Rei, la energía del universo. El practicante de Reiki crea este puente para que, en el curso de la terapia, se produzca una conexión entre el enfermo y el universo: por el principio de los vasos comunicantes, la energía del universo fluirá entonces por el organismo del paciente, restableciendo así el equilibrio que este había perdido.
En cierto sentido, el practicante de Reiki no debe realizar ningún esfuerzo suplementario para acometer su actividad terapéutica: basta con que ponga en comunicación el organismo del paciente con la reserva inagotable de energía del universo. El único límite de este trasvase es la cantidad de energía que pueda asimilar el propio paciente, su voluntad de curarse.
El propio acto de practicar el Reiki ejerce un efecto beneficioso no sólo sobre quien recibe el tratamiento, sino también sobre quien lo efectúa, ya que al circular la energía a través de él su organismo mejora ostensiblemente.
Actúa directamente sobre el plano físico y sobre el energético, por ello el Reiki alcanza los distintos niveles de la existencia del ser, los centra y equilibra, restablece la armonía allí donde esta se ha truncado y facilita los procesos de curación que nuestro cuerpo se dispone a realizar por su propia cuenta. El Reiki acelera la curación y fortalece nuestros procesos vitales.

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